jueves, diciembre 07, 2006

La derecha y sus viejas estrategias que no nos engañan

México esta pasando por una de sus más graves crisis políticas y sociales de los últimos tiempos. En la historia reciente no se registran acontecimientos como los que desde 2003 o antes han sucedido en nuestro país.

El vulgar afán por parte de un grupo pequeño de políticos-empresarios y empresarios por mantener en el ejecutivo a un personaje que les garantizara todo el margen de maniobra por sus ambiciones requerido, cambiar las leyes para dejarlos hacer su antojo en el ámbito empresarial y político, y al mismo tiempo garantizar por todos los medios un sometimiento de la sociedad, ampliando y reforzando a los grupos represivos, tanto para la sociedad organizada como para los periodistas independientes del régimen y críticos del mismo. Los llevó al extremo de pretender destruir políticamente a su contrincante más fuerte que no compartía el proyecto de estos señores.
De ese modo emprendieron la larga batalla contra Andrés Manuel, el movimiento que encabeza, y contra todo su equipo de trabajo y colaboradores cercanos.

La respuesta de la sociedad organizada en apoyo a Andrés Manuel no se hizo esperar, no sólo en el DF, si no en todo el país. Se formaron redes ciudadanas en apoyo al entonces precandidato del PRD, estas redes de distintas naturalezas y orígenes trabajaron en forma independiente y autónoma a lo que hacía el Partido, formando así una fuerza social impresionante que pese a las innumerables criticas continúa realizando diversos actos en apoyo al Presidente Legitimo de México.

Esta sociedad mexicana despierta y crítica que rechaza al presidente espurio producto del fraude ahora enfrenta una de las muchas embestidas por parte del gobierno federal y el aparato que se está engendrando.

Se ha comprobado históricamente que la derecha reaccionaria, temerosa a las movilizaciones sociales contrarias a sus intereses y poder, comienza con una serie de campañas para pregonar la unidad nacional, la unión de los ciudadanos de un sólo país, la paz, la concordia social y demás factores de un discurso meramente demagogo, populista, autoritario y en ocasiones (como en esta) fascista.

Ese mismo discurso utilizó Hitler para convencer a los alemanes de que debían estar unidos para defender a la patria aria del peligro judío; ese discurso utilizó Franco para manipular a los españoles y persuadirlos para unirse y defender a España del peligro que representaban los Republicanos y Socialistas. Podría citar muchos ejemplos más de cómo la derecha ha usado a la unidad nacional y al patriotismo, entre otros valores, para manipular a las mentes débiles e ignorantes y convencerlas de que el enemigo es el que critica y se opone abiertamente al gobierno, acusándolo en algunas ocasiones de traidor y terrorista, produciendo así, un temor y odio hacia la sociedad organizada que se moviliza en contra del gobierno, suscitando el odio entre ciudadanos y poniendo realmente en peligro la estabilidad y la paz social.

Los señores de la derecha retrograda y reaccionaria usan este discurso hipócritamente, haciéndonos ver como unos locos que no tienen razón para reclamar, como unos revoltosos que solo buscan cerrar calles y romper vidrios, como si nosotros inventáramos las diferencias, como si la desigualdad, la pobreza, la explotación, la humillación fueran producto de nuestra imaginación.

Lo que pretendo informarle a los señores del dinero, de la derecha, que nosotros no inventamos la desigualdad social, ni la explotación, todo eso ustedes lo causaron, ustedes lo propician y sólo a ustedes beneficia, todo eso esta ahí en la calle, en cualquier crucero que gusten visitar, pueden verla, tocarla, oírla, platicar con esos niños.

De ninguna manera somos un grupo de rijosos y violentos que nos guste protestar gratuitamente, tenemos una razón bien clara. Nosotros no dividimos a la sociedad, la sociedad mexicana está dividida en clases sociales desde hace 500 años, nosotros propugnamos para que esas enormes diferencias entre ricos y pobres de cierren. El gobierno federal no puede hablar y promover la unidad nacional, la paz y la concordia mientras allá afuera hay niño muriendo de hambre, mientras ese mismo gobierno beneficia a otros y se beneficia del poder que nos robó el 2 de julio.

Por ello la campaña desatada tanto por el gobierno federal, el Partido Acción Nacional, grupos empresariales, medios de comunicación, altos jerarcas de la Iglesia Católica no es más que una farsa hipócrita y chantajista que busca promover el odio entre ciudadanos de una sola nación. Acuso a todos los actores anteriores de desatar esta campaña de odio en contra del Presidente Legitimo de México, los partidos que integran al Frente Amplio Progresista, la Convención Nacional Democrática y todas las redes que lo apoyamos.

Por esa razón nuestro deber como ciudadanía consciente y organizada es ignorarlos y combatirlos para informar a la sociedad de lo que está pasando en México para que no caigan en trampas fascistas que son el verdadero peligro para Nuestro País.

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